El papel transformador de las mujeres en las empresas: más innovación, decisiones más acertadas y mejor ambiente

La presencia de la mujer en el ámbito empresarial ha aumentado en los últimos años, tras los esfuerzos del colectivo por fomentar un mundo más igualitario y justo con la participación femenina en las empresas, aunque siguen existiendo brechas de género y techos de cristal.

Por ejemplo, el informe “Women Matter España 2023: Tramos pendientes” de McKinsey & Company pone de manifiesto la dificultad de las mujeres para llegar a puestos de alta dirección: España es el sexto país de la Unión Europea en igualdad de género, un dato que puede parecer bueno, pero que se diluye cuando se profundiza. Solo hay un 6% de mujeres en puestos de dirección general (la media europea tampoco es positiva, con un 8%).

Al menos, en España, el número de mujeres en los Consejos de Administración sí está por encima de la media de la Unión Europea, con un 33% frente al 31%, aunque pone de manifiesto que sigue presente una brecha de género en puestos de responsabilidad.

Tampoco es mucho mejor el dato de presencia de mujeres en puestos altos en contacto directo con CEOs, con un 17% (21% en la UE). En puestos de trabajo más bajos, la paridad está más cerca, con un 38% de mujeres en N-2 (34% en Europa, estamos mejor). El informe refleja de forma clara las dificultades de las mujeres para conciliar la vida laboral y personal, y demuestra que queda mucho trabajo por delante.

Pero del estudio se puede extraer, entre otras muchas cosas, algo muy interesante: "el liderazgo femenino parece tener un impacto positivo en el bienestar de los empleados", dice el informe. Es más, apunta que las mujeres directivas ponen mayor interés en el desarrollo profesional, en la mentoría de compañeros, en el bienestar de su equipo y en la flexibilidad.

Por tanto, aunque hay mucho por hacer, la responsabilidad social debe ser dirigirnos a un mundo en el que la igualdad sea la norma. Es más, ninguna empresa debe ver aquí ningún tipo de obligación o cuota: es un deber que todos seamos iguales.

Pero, además de esa responsabilidad social, lo cierto y verdad es que los equipos igualitarios y la presencia de la mujer en las empresas es un gran valor. En este artículo exponemos los beneficios de fomentar que la mujer tenga presencia igualitaria en todos los niveles de responsabilidad.

 

Así cambian las empresas con mujeres en sus equipos

Los beneficios de que las plantillas sean igualitarias y se fomente que la mujer tenga un rol importante en todos los niveles empresariales son variados y afectan a áreas clave de la empresa y del trato de los trabajadores. Estos son:

1. Mejora de la innovación y creatividad: la diversidad de género aporta una variedad de perspectivas y experiencias que enriquecen el proceso creativo. Esto ofrece soluciones innovadoras a los problemas, productos y servicios, y es más fácil acertar en un mercado diverso y cambiante.
2. Mejor entendimiento del mercado: al tener una representación equitativa de mujeres en la plantilla, la empresa tiene una mayor capacidad para entender los segmentos del mercado.
3. Atracción y retención de talento: una cultura empresarial que valora la diversidad e igualdad de género es más atractiva para el talento. La inclusión y el compromiso con la igualdad de género pueden ayudar a atraer y retener a los mejores candidatos.
4. Mejora en la toma de decisiones: la diversidad de género promueve un enfoque más equilibrado y completo en la toma de decisiones. Las diferentes perspectivas pueden ayudar a evaluar riesgos y oportunidades desde múltiples ángulos, lo que lleva a decisiones más informadas y efectivas.
5. Fomento de un ambiente de trabajo inclusivo y colaborativo: los equipos igualitarios promueven una cultura de trabajo más inclusiva, donde se valora y respeta la contribución de todos. Esto puede mejorar la moral de los empleados, fomentar un ambiente de trabajo colaborativo y reducir los índices de rotación.
6. Potenciación de la ética y los valores corporativos: Promover la igualdad de género refleja y fortalece los valores éticos de una empresa, lo que puede tener un impacto positivo en todos los aspectos de su operación, desde la motivación de los empleados hasta la percepción de la marca.

La inclusión de mujeres en todos los niveles de una empresa no es algo que deba verse como una obligación: es beneficioso para la sociedad, para las propias mujeres y también para el tejido empresarial. Las empresas que desarrollan y apoyan a la mujer innovan más, tienen un ambiente de trabajo mejor y están adaptadas a la realidad actual y futura.